Esta es una de las competencias de una persona emprendedora, de acuerdo a EntreComp. ¿Cómo ayuda la inteligencia emocional a aumentar esta competencia y, por ello, a ser más emprendedor/a? Siendo plenamente consciente de nuestros valores, fortalezas y nuestras debilidades. Sólo de esta forma podemos identificar lo que realmente nos importa, lo que nos motiva, lo que hacemos bien y lo que podemos hacer mejor. Conoceremos nuestros límites pero también nuestros sueños y, sabiendo esto, seremos capaces de ser más efectivos/as en nuestro trabajo y más eficientes con nuestro tiempo.


Para entrenar esta competencia puedes utilizar la actividad 1 del módulo 1. 

Esta competencia se refiere a la capacidad de mantener la atención en nuestros objetivos y no abandonar si fallamos o algo no va como deseamos.

Porque ten esto en cuenta: a veces, incluso aunque des lo mejor de ti, fallarás. El fracaso es parte de la experiencia de aprendizaje pero puede tener dos consecuencias: puede crear frustración, llevándote a abandonar o puede utilizarse como aprendizaje, haciéndote más sabio/a y resiliente.

Lo importante no es que fallarás, lo importante es cómo reaccionarás al fracaso. Si eres capaz de mantener la motivación y perseguir (o modificar si es necesario) tus objetivos, ¡ese será el verdadero éxito! 

Movilizar otros/as significa que tengas la habilidad para inspirar a las personas, para hacerlas seguirte a ti o a tus ideas, para embarcarlas en tus proyectos. Esto es muy importante porque una persona emprendedora siempre necesitará apoyo para poner sus ideas en acción. ¡Raramente serás capaz de conseguir objetivos tú solo/a! Esto está directamente vinculado con algunos estilos de liderazgo basados en el reconocimiento y la inspiración (en contraste con la autoridad, por ejemplo).
La mejor manera de movilizar a otros/as es hacerles parte de tu proyecto (tu objetivo) desde el inicio.
Escoger las personas correctas también es importante, en el sentido de que necesitan compartir tus propios valores o, al menos los valores a los que te diriges con tu proyecto.
De lo contrario, si lo que propones no les interesa no tendrá la motivación necesaria. 

Esta competencia se refiere a la capacidad de tomar decisiones cuando no estás seguro/a de las consecuencias. Tomar decisiones no es fácil y nunca estarás al 100% seguro/a de los resultados. Nunca tendrás toda la información o verás la foto completa y si esperas a tenerlo, te riesgas a quedarte paralizado/a por analizar demasiado (lo que se conoce como “parálisis por análisis”).
No obstante, no insinuamos que no debas realizar una reflexión previa antes de tomar decisiones. Todo lo contrario, ¡te animamos a hacerlo! Y para ello, hay distintas técnicas que puedes usar:


Pros y contras. Es una forma muy típica de tomar decisiones. Escribes 2 columnas, en una escribes los aspectos positivos y en otra los negativos de hacer algo. Con eso frente a ti será más fácil tomar una decisión, viendo si hay más pros que contras y cómo de importantes son cada uno en términos relativos.

Análisis DAFO. Es un método más sofisticado para tomar decisiones, basado en fortalezas y debilidades actuals y posibles oportunidades y amenazas.

Y si... Más que una técnica, es un enfoque con una perspectiva distinta a la hora de tomar decisiones. En lugar de centrarse en los efectos que podría tener una decisión (intentar adivinar el futuro), céntrate en lo que puede pasar si haces distintas cosas o si no las haces.

Este video te ofrece una mejor explicación de lo que intentamos decir, con ejemplos reales:

https://www.youtube.com/watch?v=nBCwlmMBmAQ    

Relacionado con “movilizar a otros/as” pero no es lo mismo. Esta competencia se refiere a ser capaz de ser parte de un equipo y colaborar con otros/as. Está muy relacionado con la empatía y las habilidades sociales (comunicación, cooperación, liderazgo…). ¿Recuerdas del modulo 1?

Para ser un buen miembro de equipo hay una serie de características que deberías reunir, siendo estas las más importantes:


Buena comunicación y buena escucha, en el sentido de ser capaz de exponer tus ideas de forma clara y respetuosa, tomando en consideración las opiniones de los/as demás y escuchando sus propias ideas. Aquí un consejo: escucha para ENTENDER no sólo para RESPONDER.
Empatía, por ejemplo, ser capaz de ponerse en el lugar de alguien, entender sus problemas e intereses.
Tener un espíritu cooperativo, ser capaz de trabajar codo con codo con el resto del equipo para conseguir objetivos comunes. No es una competición, sino una cooperación. Como máximo, ¡compite sólo contigo mismo/a!
Ser comprometido/a y asumir la responsabilidad, con el equipo, con la organización, con un proyecto en común y con tus propios valores, asumiendo que tú también tienes una parte que cumplir.